Rafael Ibáñez Molinero nació en 1972 en Córdoba. Compaginó la práctica profesional del baloncesto con la Licenciatura en Psicología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), en la que posteriormente realizó un Doctorado en Ciencia Cognitiva acerca de la curiosidad. Desde el siglo pasado es orientador en Educación Secundaria y profesor tutor de Psicología de la UNED en Córdoba, ciudad en la que reside. Es autor del libro de aforismos La vida en minúscula, y en esta ocasión comparte con nosotros estos aforismos inéditos acerca de la libertad, el saber y la educación.
Hay muchos motivos para comenzar el viaje: un traspié, un horizonte prometedor, el placer de caminar.
La libertad, en su plenitud, elige las costumbres en las que encerrarse.
¿Es más terrible odiar tu celda o acabar amándola?
La primera petición al genio sería no acostumbrarme a las siguientes.
¿Abrir la ventana o derribar el muro? ¿Abrir la puerta o tirar la verja?
Al elegir costumbres, te haces responsable de tus reflejos.
La costumbre va convirtiendo la decisión en reflejo, la mente en cuerpo, el esfuerzo en baile.
¿Es más libre quien elige el mal?
¿Se puede perder completamente el miedo sin empezar a dar miedo?
Al decidir, eliges tu camino. Al entrenar, eliges quién eres.
Aprender es entrenar. Lo demás es buscar atajos.
Se aprende caminando junto a quien sabe.
Avanzamos gracias a quienes, tras dejar huella, dejaron huellas.
Todo lo que acredita su genialidad o santidad lo inhabilita precisamente como un modelo útil.
Busco maestro que ejemplifique sin ejemplarizar.
Desde lejos, olvidas que es humano. Desde cerca, que es un genio.
No le pidas al faro que te ilumine el mar.
Millones de años de evolución, siglos de cultura, años de educación. Genes, sabios, papás... ¿qué hago?
Hago y digo lo que quiero. Otros eligen lo que debo querer.
¿Esclaviza más el vicio o la virtud? ¿La amenaza o el aplauso?